Por El Contendor
La maldad se manifiesta en todos los actos que el ser
humano realiza en contra de las leyes de Dios.
Fue dicho “No matarás” pero el hombre mata a su prójimo
por codicia, por venganza, por guerras, etc.
Fue dicho “No codiciarás” pero tanto el pobre como el
rico ambicionan insanamente tener más de lo que les fue dado.
Fue dicho “No cometerás adulterio” pero el mundo está
lleno de adúlteros y fornicarios y paracticantes de toda clase de vicios
sexuales que ni en Sodoma y Gomorra se hubiesen encontrado.
Y así como de estas transgresiones, se podría decir de
cada uno de los otros mandamientos.
La maldad existe desde los comienzos de la humanidad:
desde ese primer acto de maldad, cuando Caín asesinó a su hermano Abel por
celos y envidia, ríos de sangre han
impregnado la tierra hasta esta época actual.
En los últimos 100 años azotaron a la humanidad dos
guerras mundiales (1914 y 1939) más una gran cantidad de otras guerras que,
aunque no se extendieron en un conflicto mundial, no fueron por eso menos
sanguinarias.
La maldad vendría a ser como una enfermedad alérgica que
ataca a la sociedad humana.
La
forma progresiva (porque aumentan en crueldad y en número) y sistemática
(porque se dan a diario) en que se van desarrollando los actos de violencia, y
el hecho de que los medios de comunicación nos informan diariamente de los
horrores que acontecen en el mundo, desde los lugares más remotos hasta nuestro
barrio o vecindad, esto produce el mismo
efecto que una vacuna antialérgica.
Veamos cómo funciona la vacuna antialérgica:
Consiste en la administración
controlada progresiva de un extracto
purificado del alérgeno (sustancia o elemento que provoca el mal) responsable de los síntomas del paciente, buscando que su organismo se vaya
habituando o se vuelva "tolerante" al alérgeno poco a poco.
A medida que van ocurriendo
los hechos de maldad y violencia “in crescendo”, nos vamos habituando a
escuchar y a tolerar sin que el daño que provocan a nuestra psiquis sea letal, pero no por eso
menos peligroso y destructivo. Se destruye la capacidad de reaccionar ante los hechos de maldad, los contemplamos con
dolor y los repudiamos, pero ya no nos
asombran, nos resignamos a que ocurran y a convivir con los malvados y con
los violentos.
En mi país, en los tiempos de mi niñez y adolescencia, (y
desde entonces ha corrido mucha agua bajo el puente), en los barrios era muy
común, en las calurosas noches de verano, ver a las familias sentadas a la
puerta de sus casas, sin ningún temor y sin que a nadie, ni grande ni chico, se
le cruzara por la mente que pudieran estar expuestos a algún acto de violencia.
Hoy la violencia y la maldad han aumentado a tal grado
que aquélla saludable actitud sería casi un suicidio. Hoy las personas tienen
temor al entrar o salir de sus casas porque saben que pueden exponerse ellos y
sus familias al delito tipificado como “entradera” o “salidera” donde el
delincuente espera oculto a que alguien entre o salga de su domicilio para
irrumpir en él mediante amenazas y violencia física. Y una vez dentro cometen
las más atroces acciones como amenazar apoyando un arma sobre la cabeza de un
bebé, hasta matar a golpes y patadas a los ancianos. Y empleo el término
“patadas” porque estos individuos son como las bestias pero con maldad.
Este tipo de
maldad salvaje no sólo se expresa en los delincuentes comunes, sino también
ha invadido las escuelas exteriorizándose en lo que se conoce como bullying, término inglés que en idioma
español significa acoso escolar.
El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor
sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad
de otros compañeros.
El objetivo de la práctica del acoso escolar es
intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar, amedrentar y consumir, emocional
e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado
favorable para quienes acosan o satisfacer
una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás
que pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás.
Si analizamos estas definiciones llegamos a la conclusión
que el bullying es, ni más ni menos
que la expresión y exteriorización de la maldad más pura que habita en el corazón humano.
Pero lo más estremecedor es
que los que ejercen esta conducta son
niños o jóvenes aparentemente normales que pertenecen a una escuela, que se
están educando, se les está enseñando a convivir etc.
Entonces viene la gran
pregunta: ¿de dónde o de quién proviene
toda esta maldad que en la actualidad está asolando a la raza humana?
En Efesios 6:12 tendremos los elementos como para
poder bosquejar una respuesta.
“Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes.”
Sobre
este mundo caminamos dos tipos de personas: Los que somos hijos de Dios y los
que son “hijos según la carne”.
Romanos
9:8 Esto es: No
los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que
son hijos según la promesa son contados como descendientes.
Los hijos de Dios somos los que hemos
experimentado el nuevo nacimiento: Nos convertimos en hijos de Dios
cuando somos salvos porque somos adoptados dentro de la familia de Dios a
través de nuestra relación con Jesucristo (Gálatas 4:5-6; Efesios 1:5).
Esto puede verse claramente en versos como Romanos 8:14-17. “Porque todos
los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues
no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino
que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre!
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Los que somos hijos de Dios estamos sellados por el Espíritu Santo
y somos templo de Él. (Efesios 1:13).
Ningún hijo de Dios debe temer a los demonios pues estos no nos pueden
tocar ni afectar y mucho menos tomar posesión de nuestra persona.
Pero los hijos según la
carne , sí pueden ser afectados por ellos.
La actividad de los demonios se ha acentuado en estos tiempos
finales y a esto se debe el aumento de la maldad en el mundo.
Hacer el mal por placer, ejercer la violencia para gozar con el
sufrimiento del prójimo son indicios evidentes que quienes cometen estos hechos
están influidos o aún poseídos por algunos de los demonios más destructivos.
El comentario bíblico MUNDO HISPANO referente a Efesios 6:12 nos dice:
<<<La guerra que hace el diablo no es una guerra convencional, sino es una lucha subversiva en terrenos tramposos con tácticas cada vez novedosas. Pablo explica esto en el v. 12a: Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne. La palabra lucha (pále ) aparece solamente aquí en el NT y significa un tipo de combate cuerpo a cuerpo que no termina hasta que uno de los combatientes esté vencido o herido mortalmente.
<<<La guerra que hace el diablo no es una guerra convencional, sino es una lucha subversiva en terrenos tramposos con tácticas cada vez novedosas. Pablo explica esto en el v. 12a: Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne. La palabra lucha (pále ) aparece solamente aquí en el NT y significa un tipo de combate cuerpo a cuerpo que no termina hasta que uno de los combatientes esté vencido o herido mortalmente.
En
este caso, el asaltante no es un adversario humano que se pude ver y sentir, ni
físico como la carne propia del creyente que por su cuenta le da suficientes
problemas. Además, no es un sólo combatiente, son muchos.
Pablo
los describe como principados... autoridades... gobernantes de estas tinieblas...
espíritus de maldad en lugares celestiales. Como que un enemigo físico y
humano no fuese suficiente, esta lucha monta un ejército asombroso de enemigos
contra el creyente y contra la iglesia. Esta lista repite algunas fuerzas
mencionadas en 2:2 con adiciones y alude a las tinieblas mencionadas en 5:8 y
11.
Pablo describe un reino espiritual organizado y
operando en una esfera aparte del mundo natural que el cristiano conoce y en el
cual se desarrolla la iglesia. Los términos usados para describir esta esfera y
sus huestes implican una jerarquía antagonista bien organizada.
Cada término está precedido por la palabra contra,
dando a entender que cada uno representa una categoría de actividad demoníaca o
nivel de autoridad diferente.
Estas no son clases diferentes de enemigos, sino
fuerzas contra Dios y su pueblo. Son las fuerzas bajo el control de su jefe,
Satanás, estructurado de tal modo que cada categoría describe diferentes
aspectos de una estrategia global, como rango, autoridad, control y estación de
batalla.
Principado (arcé ) es la jurisdicción de un príncipe,
que aquí incluye a Satanás y todos sus subalternos. Las autoridades (exousía)
son potencias que tienen poder e influencia sobre alguna jurisdicción
específica. El tercer rango son los gobernantes de estas tinieblas, los
dominadores del mundo de las tinieblas o los poderes cósmicos de las tinieblas que gobiernan en este mundo pecador.
Estos serán aquellos demonios que se han infiltrado en muchos sistemas
políticos y humanistas aun de nuestro tiempo que pretenden dominar el sistema
mundial y consolidarlo bajo un solo y nuevo orden sociopolítico. Ejemplo de
esto es el movimiento contemporáneo de la Nueva Era.
La cuarta categoría se compone de los espíritus
de maldad en lugares celestiales. Estos son las hordas de espíritus
malignos que habitan y actúan en el mundo invisible. Lugares celestiales
no es sinónimo aquí con el cielo, sino representa aquella esfera o mundo
espiritual que trasciende lo físico y temporal. Con mayor razón tenemos que
tener cuidado y estar prevenidos los cristianos que estamos gozándonos de toda
bendición espiritual en los lugares celestiales (1:3b). Las huestes
antagónicas y diabólicas han invadido la esfera donde se desarrolla la vida
espiritual del creyente y donde habita la Iglesia universal e invisible de
Cristo, y están librando un combate tenaz contra nosotros, la Iglesia.>>>
Pensemos que cuando cayó Satanás arrastró con él
a un tercio de los ángeles creados. Esto significa que, seguramente, a Satanás no
le debe faltar “personal” para que atienda sus asuntos aquí en la tierra. Es
así que desde el Antiguo Testamento ya nos viene narrando el profeta Daniel
cómo intervenían e interferían estos príncipes de Satanás contra los planes de
Dios y cómo los Ángeles y Arcángeles del Señor tenían que batallar contra los
príncipes malignos.
Dan 10:5 Y alcé mis ojos y miré, y he
aquí un varón vestido de lino y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.
………………………………………………………………………………
Dan 10:11 Y me dijo: Daniel, varón muy
amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti
he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.
Dan 10:12 Entonces me dijo: Daniel, no
temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a
humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de
tus palabras yo he venido.
Dan 10:13 Mas el príncipe del reino de
Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los
principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.
……………………………………………………………………….
Dan 10:20 Él me dijo: ¿Sabes por qué he
venido a ti? Pues ahora tengo que volver para
pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de
Grecia vendrá.
Dan 10:21 Pero yo te declararé lo que
está escrito en el libro de la verdad; y ninguno
me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.
<<(10.5, 6)
La persona que vio Daniel era un ser celestial. Algunos comentaristas creen que
debió ser una aparición de Cristo (ver Apo_1:13-15),
mientras que otros dicen que fue un ángel (porque requirió la ayuda de Miguel-Apo_10:13). En cualquier caso, Daniel tuvo una visión de la batalla entre los
poderes sobrenaturales del bien y el mal.
(10.12, 13) A pesar de
que Dios envió un mensajero a Daniel, un poderoso ser espiritual ("el
príncipe del reino de Persia") lo interceptó durante tres semanas. Daniel
continuó orando y ayunando fielmente, y el mensajero de Dios por fin llegó. Las
respuestas a nuestras oraciones pueden verse entorpecidas por obstáculos
invisibles. No espere que las respuestas de Dios lleguen con demasiada
facilidad o rapidez. La oración puede ser desafiada por fuerzas del mal, así
que ore fervientemente y con regularidad. Luego espere que Dios conteste en el
momento oportuno.
(10.20, 21) La guerra en las regiones celestiales debía
estar dirigida contra Persia y después contra Grecia. Cada una de estas
naciones iba a tener poder sobre el pueblo de Dios. Persia y Grecia estuvieron
representadas por "príncipes" demoníacos. Pero Dios es Señor del
pasado, del presente y del futuro, y todos los hechos están registrados en el
"libro de la verdad".>>
Escudriñando las Escrituras, concluimos que los gobernadores de las tinieblas están en
plena actividad en el mundo, preparando el ambiente y allanando el camino para
la llegada del “hombre de pecado” o el “hijo de perdición” (2 Tesalonicenses
2:3-4) es decir el Anticristo.
Por esto, vemos que en el mundo se están
perpetrando los actos de maldad y violencia más demenciales, que no tienen
explicación alguna.
El ladrón no se conforma con robar el dinero, los
bienes materiales, sino que también se complace en robarse la vida de sus
víctimas, y lo hace con saña y crueldad extrema.
Cada vez, con más frecuencia, nos enteramos de
casos donde alguien entra a una escuela o a un lugar de reunión y comienza a
balear a las personas, sin ningún motivo, en un acto demencial de maldad pura.
Las drogas, el alcohol y la pornografía son los “cebos”
que utilizan los espíritus de maldad para atraer y cazar a sus víctimas (los “hijos según la carne”) y alejarlos de
toda posibilidad de encontrar a Dios.
Considerando que la mayor parte de la humanidad
está compuesta por los “hijos según la
carne”, estos son las presas fáciles de atrapar para las huestes malignas.
Detrás de cada autoridad de la tierra: reyes, presidentes,
funcionarios, jueces, legisladores, y aún de menor jerarquía, hay un esbirro de
Satanás preparado y listo para influir en las decisiones que tome cada
individuo.
De éstos provienen las leyes que contravienen
abiertamente a las leyes de Dios, tales como las leyes de aborto, de matrimonio
igualitario, ley de identidad de género (travestismo), de despenalización del consumo de drogas, etc.
que se están promulgando en muchos países.
Este tipo de leyes repugnan a los hijos de Dios
pero son festejadas por los hijos según
la carne.
Estos hijos
según la carne (que también pueden
ser amigos, vecinos parientes, padres, hijos etc.) están expuestos al poder de estos
seres espirituales perversos que obedecen al inicuo.
2Ts 2:7 Porque ya está en acción el
misterio de la iniquidad; sólo que hay
quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en
medio.
2Ts 2:8 Y entonces se manifestará
aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y
destruirá con el resplandor de su venida;
2Ts 2:9 inicuo cuyo advenimiento es
por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos.
Pero nosotros, que somos hijos de Dios, no
debemos caer en el error y la herejía de los dominionistas que pretenden establecer el “Reino ahora”
Los creyentes nacidos de nuevo, la verdadera
Iglesia de Cristo, donde mora el Espíritu Santo, somos la barrera que detiene
la iniquidad, la maldad que asuela el mundo. Cuando sea quitada de en medio la Iglesia (en el rapto) y no quede en la
tierra ni un solo creyente, entonces ocurrirá: Apocalipsis 9:3
Apo
9:3 Y del humo salieron langostas sobre la
tierra; y se les dio poder, como tienen poder los
escorpiones de la tierra.
<<(comentario D.V) 9.3ss La mayoría de los intérpretes
piensan que estas langostas son demonios, espíritus malignos gobernados por
Satanás que inducen a la gente a pecar. No fueron creados por Satanás porque
Dios es el creador de todo; más bien, son ángeles caídos que se unieron a
Satanás en su rebelión. Dios limita lo que ellos pueden hacer; no pueden hacer
nada sin el permiso de Dios. El propósito principal de los demonios en la
tierra es destruir, distorsionar o impedir la relación de la gente con Dios.
Como son corruptos y degenerados, la apariencia de ellos refleja la distorsión
de sus espíritus.>>
Pero mientras los verdaderos creyentes, la Iglesia de Cristo, todavía
permanezcan en el mundo, debemos ser los oponentes
de los espíritus malignos, (RESISTIENDO, no conquistando) con las armas que son provisión del Señor:
Nuestra comisión no es establecer el Reino de Dios acá en la tierra, sino que debemos predicar el Evangelio de la
Gracia para transformar a los incrédulos en creyentes y llevarlos a los pies de
Cristo.
Efesios 6:13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios,
para que podáis resistir en el día
malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Efe 6:14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos
con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,(H)
Efe 6:15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Efe 6:16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que
podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Efe 6:17 Y tomad el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra
de Dios;
Efe
6:18 orando
en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello
con toda perseverancia y súplica por todos los santos………..
No debemos dejar de orar y predicar el evangelio
como se nos exhorta en 2Ti 4:2 que prediques la palabra; que instes a tiempo
y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Tenemos
que procurar que los hijos según la carne
vengan a ser hijos de Dios.
Así
iremos ganando las batallas por la fe, pero la guerra final la ganará el Rey de
reyes, el Señor de señores derrotando a Satanás y a sus huestes malignas
“….. a quien el Señor matará con el espíritu de su
boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (2Tes 2:8).
El Señor Jesucristo es quien establecerá su Reino en la tierra y
regirá a las naciones con vara de hierro. (Apocalipsis 12:5)
Amén.